Nuestro nuevo mando Juan de Dios Antón nos ha narrado como ha sido para él el campamento y ese paso que ha dado hacia adelante con el grupo.

 

La vuelta al mundo en quince días:

 

Una fría mañana, tras escuchar misa, emprendimos un viaje hacia lo desconocido. Todas las mañanas al levantarnos pedíamos fuerza a Dios, mediante el ofrecimiento de obras y la oración, para acercarnos mas a El y abrirnos a los demás. Cada día era mas interesante que el anterior, con actividades nuevas y paramos que descubrir .

Un buen día iniciamos la marcha por patrullas. Una excursión que cada patrulla llevaría acabo por su cuenta, realizando las distintas pruebas que la patrulla de mayores había organizado por Altafulla.

En la segunda semana, comenzamos una marcha d dos duros días. Estaba dirigida por Julio, mando de la patrulla del 2002, que supo guiarnos entre la espesura hasta el sitio donde pasaríamos la noche. Al día siguiente llegamos a un monasterio donde tuvimos misa y una agradable visita guiada. Al terminar de comer un bus nos devolvió al campamento donde dormimos plácidamente.

Cada noche los mandos organizaban juegos , para después de la cena. Uno de ellos fue el Romery Montgomery, un juego muy esperado en el espíritu de los acampados. Ambos bandos estaban muy igualados y la batalla no parecía tener fin, hasta que la ONU declaro la partida en tablas, finalizando así la rivalidad entre ambos equipos.

Para finalizar el campamento, muchos de nosotros firmamos el compromiso, de donde sacamos nuestros nuevos mandos. Estos últimos han servido mucho al grupo durante su etapa de acampados, y parece que durante su fase de mandos no van ha hacer una excepción. Esa misma noche contemplamos con sobresalto y bajo un cielo estrellado, el Talent Show. Una actividad nocturna , donde cada patrulla realiza una actuación, y, si algún acampado se anima, actuaciones individuales, donde cada uno puede revelar su talento.

La mañana siguiente fue un poco ajetreada, ya que teníamos que recoger todo el campamento en muy poco tiempo. Finalmente y muy cansados escuchamos la ultima homilía del Pater. Mas tarde nos subiríamos al bus que nos llevaría de vuelta a Madrid, pero no volveríamos solos ya que el espíritu del campamento ha marcado nuestras vidas y estas ya no serán lo mismo.

 

¡NAVEGAR ES NECESARIO; VIVIR NO!

Altafulla, 2018.